sábado, 9 de junio de 2012

Confucio dijo:

Estrictamente hablando el ego no ES nada. Resulta de un collage de imágenes y sentimientos que se van acumulando con el tiempo coloreado de muchas emociones y concentrado en un futuro de un imaginario bienestar. Con el tiempo este juego de espejos llega a instalarse como el capitán de la nave y va produciendo una secuencia de experiencias que se constituyen en una "historia" muy similar a una novela, p. ej. el "tiempo perdido" de Proust. El resto de lo que está en nuestra mente es lo que describe Avalokitesvara en el Sutra del Corazón: NADA. Pero - ¡oh paradojas!- de esta nada surje una suave brisa que llamamos "bodhicitta", que, de alguna manera, nos pone en movimiento hacia el despertar. Recuerda que tenemos que ganar la batalla usando los servicios del general enemigo. Lo que nos lleva al cojín y a soportar calambres es el viejo amigo: el ego, que se mueve basado en que allí hay algo que lograr. Es la fuerza demoníaca de Mara que nos pretende hacer caer en su trampa o telaraña de "logros". Claro, no sabemos qué hacer, porque no hay nada que "hacer", sino seguir obstinadamente esa "nada" hasta que rompemos el hechizo. Y no sabemos por qué ocurre y cuando será y quizás ni nos daremos cuenta. Sólo que un día Mara desaparecerá con sus tentaciones, y, en nuestra pobre tentativa de explicarlo, diremos que somos "libres". Entonces, frente a la flor, como Kasyapa, sólo sabremos sonreir.

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