miércoles, 19 de septiembre de 2012

LOS KOANES



Los koanes son una herramienta muy importante de enseñanza (más bien “empujón hacia la realización”)  – exclusivos de la escuela Zen.
Su función es “desmontar” el apego humano a la racionalidad, a que todo es “racional” y se puede resolver por medios lógicos e intelectuales. Este apego lleva a que no veamos la realidad de las cosas por estar buscándoles las bases racionales: intelectuales, discursivas, divisibles en partes con fines analizables…etc.
Como escuela el Zen proclama que la esencia de las situaciones vivenciales se capta al instante, los asuntos humanos se “ven” de inmediato porque la mente original es clara, pura,y lo abarca  todo, digamos de “un tirón”…de hecho no hay nada que entender, sino que las circunstancias se traducen en vivencias y la comprensión es inmediata, como un estallido. Si pensamos estamos perdidos. El zazen nos prepara para trabajar en este nivel al separarnos de los mecanísmos mentales racionales, y concentrarnos en el presente donde se manifiesta la real naturaleza de todo.
Los koanes no son susceptibles de soluciones verbalizadas ni “racionalizadas”.  Su solución está concentrada en un gesto, expresión verbal, expresión corporal (mueca, grito), que capte “el meollo” iluminado de lo que el koan está planteando.
En definitiva lo que hay que tratar de hacer es una “demostración” (satisfactoria para el maestro)  de la base iluminada y romper el cascarón de la ignorancia.
En el koan que estamos trabajando hay que practicar zazen distinguiendo los puntos fundamentales del planteamiento del koan (¿qué es “la nada”, que “de dónde vienen las cosas”, qué es la rabia?. (¿Dónde es que la historia nos “enreda” en la racionalidad para darle un “mandarriazo” definitivo).
Durante el zazen se dirige la atención a esos puntos hasta que, casi como un parto, la solución se nos presenta y muchas veces el impulso es reir.
¿Cómo entendemos que el hielo es frío (Koan en  Cien Años de Soledad)? ESE instante en que el padre de Aureliano Buendía le levanta la mano y se la coloca al bloque de hielo… ¡Ahhhh!
Existen alrededor de 2000 koanes clásicos y los monjes en Japón (y otros grandes centros zen mundiales) tienen que resolverlos todos.
¡Buena suerte!
  
    

               

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