“La forma es vacío y el vacío es forma”: Nos dice el Sutra Prajna Paramita Hridaya, el llamado “Sutra del Corazón”, el texto budista mas profundo y difícil. Este sutra (enseñanzas de Sakiamuni, llamado “el Buda”, el despierto) forma parte del ciclo Mahayana del budismo que se dice representa las enseñanzas mas altas de Buda. La escuela budista llamada “zen“, o “chan” forma parte de la escuela Mahayana o gran vehiculo. El zen, que es famoso por no “creer” en nada, sostiene la realidad del Sunyata y sus practicantes recitan el sutra del Corazón diariamente, a veces más de una vez. Podríamos decir que esta enseñanza es la base del zen.
¿Que es, entonces, el vacío? Difícil pregunta y difícil respuesta. Esa copa que vemos allí “esta” vacía y “es” vacía. ¿Cómo así? Pongamos que esté vacía, pero ¿realmente está vacía? No realmente, esta llena de aire, luz, radiaciones, gases, etc. Luego nunca esta vacía. Pero tiene una forma. Una forma que depende del punto de vista desde el cual la miramos, ya que dos personas nunca ven la misma copa, cada uno ve “su” copa, según el ángulo, la luz que le cae, el brillo de su superficie, el estado de nuestros ojos, etc. Inclusive el mundo es diferente para cada ser humano y animal. Cada cual tiene “su” mundo según su punto de vista, cultura, experiencias, inteligencia, etc.
Vacío significa falta de esencia inherente, o permanente, o “realidad ultima”. Nuestra mente nos acostumbra a ver el mundo como algo 100% existente “de su lado”, independiente de mí. Esta allí, estuvo allí antes y estará después de mí. Pensamos que las cosas son permanentes e independientes entre sí.
El “despertar” es el despertar a la realidad de que esto no es así. Ver las cosas de otra manera, ver las cosas como son. Ver que cada uno tiene su mundo, su copa, su “yo”, y que TODO esta incluido en este “yo”. No existe sujeto y objeto, solo sujeto, pero ese sujeto es TODO. Tú y yo somos uno a pesar de las aparentes diferencias que nos llevan a conflictos y desacuerdos.
Claro, estamos hablando a un nivel de Realidad Absoluta. Tenemos que cargar la cruz de ver las cosas de una manera y saber que son de otra. Esta es la “doble vida” que vive el practicante del zen. No existe en el universo nada que no sea “yo”.
El vacío es, pues, la “no” existencia de las cosas del mundo APARTE E INDEPENDIENTES de todo lo demás. No se niega, desde luego, su existencia, se niega su esencia permanente e independiente, de eso es que están “vacías”.
Decía Nagarjuna, el gran filosofo indio del siglo 2, que los niños crecen porque “son vacíos”, si no lo fueran estarían estáticos, tal como los vemos permanentemente, y no crecerían. Los niños son impermanentes, como todo lo demás, y su existencia esta basada en causas y condiciones que los llevan a crecer, vivir y morir, como todo lo demás. Esa es la realidad última.
No hay comentarios:
Publicar un comentario