1. MENTE
ORIGINAL: Reestablecernos en nuestra mente original del bebé recién nacido. ANTES
de los años de programación a que nos somete nuestro entorno social, familiar y
cultural. A través de la infancia, pubertad y adolescencia ocurre una
programación “neurolingüística” que consiste de hábitos, costumbres, creencias
religiosas, mitos, prejuicios, opiniones, apegos, odios, rencores, complejos de
culpa, engreimientos, etc.
El zazen es una
herramienta física y mental de desprogramación que nos ayuda a restablecer nuestra claridad
mental a partir de los cual podemos escoger nuestro comportamiento: “desaprender”
rituales sociales y mitos que nos agobian y que constituyen los barrotes de
nuestra prisión.
2. VIVENCIA
DEL PRESENTE: nuestra vida es una vivencia de un eterno presente pero que obnubilamos
por una ceguera inculcada ofuscada por la intromisión de las programaciones del
pasado, disgusto con ese presente y una vana búsqueda de un futuro que es una
tenue quimera.
3. DISCIPLINA:
Si invertimos el tiempo y el esfuerzo requerido, el zazén convierte nuestra
vidas de una vana lucha con nuestra idea de lo que debe ser a una visión
perfecta de la realidad de cada momento, con la necesidad de ejercer toda nuestra
fuerza de voluntad en dirección de un comportamiento guiado por nuestra
naturaleza original, antes de formarse nuestro ego, para beneficio de toda la
existencia.
4. DIOS:
Encontrar en nosotros lo divino de la existencia antes de que la idea de Dios
sea convertida en otro mito distorsionador de nuestra visión del mundo.
·
NOTA: Zazen es la forma japonesa de la
expresión china 坐禅 (zuòchán en pinyin, o tso-chan), que
significa "meditar sentado" (Za=sentarse, Zen=meditación).
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