Magna pregunta…que tiene varias respuesta posibles. Como todo, es cuestión
de puntos de vista.
Una puede ser: Es una meditación budista que practicada con
insistencia puede llevar a la “iluminación”… como si la iluminación no la tuviéramos
ya, desde el nacimiento.
Otra: una práctica para tranquilizar la mente. Como si hubiera “algo”
que tranquilizar.
Otra más: una forma de conocer el Buda. Como si hubiera algo que
conocer.
Y si yo digo que el zazen es un remedio contra la soledad. Nadie me
entiende.
¿La soledad no es la enfermedad existencial del ser humano?
¿Por qué estamos “sólos”? Pues propongo una explicación antropológica,
tratando de desmontar todos los mitos con que la cultura humana adorna las
cosas.
Hace unos 50,000 años la especie Homo Sapiens que venía evolucionando como una de las
especies de homínidos con que la naturaleza trataba de crear un ser humano,
después de la extinción de otra de esas especies, la Neanderthal, tuvo la
necesidad, para seguir avanzando, de crearse un yo, que luego creció y se
convirtió en un ego.
Los psicólogos evolucionistas aceptan las siguientes capacidades del
ego humano:
-Capaz de estructurar un representación interna, mental, del pasado de
una persona, experiencias presentes y metas futuras – combinación de memoria e
imaginación.
- Una función “ejecutiva” (sí, que ejecuta acciones) capaz de pensar,
actuar y generar sentimientos y emociones.
- Un “potencial de reflexión” que en efecto sería un yo actuante y requiere
la constante interacción entre la representación interna y la función ejecutiva
(ego) que determina cómo establecemos nuestras metas
y realizamos nuestras acciones, y decide qué merece nuestra atención.
- Y, muy importante, la estructuración de un mundo dualista con su separación como una entidad separada, por un lado, y el mundo, por el otro: el desarrollo de un "Yo" y "Otro", YO y NO YO, "A" no es "B".
Los demás miembros del reino animal no poséen este conjunto de capacidades.
Ni decir que el Homo Sapiens sale de ese período de su evolución
equipado con una enorme serie de competencias y habilidades que lo hicieron letal como entidad
actuante en este planeta. En alrededor de 30,000 años se ha adueñado del planeta,
aniquilándose entre sí con regularidad y en el proceso dejando un baño de sangre y sufrimiento que vemos en la prensa de todos los días.
Ha sido un ser capaz de grandes
crueldades determinadas por su “función ejecutiva”, es decir sus intereses y
creencias, y grandes actos de humanidad y amor (los menos), cuando su ego se ha visto “desmontado”
por poderosas ideas y altas metas.
¿Por qué hablo de estas cosas dentro de unas reflexiones sobre el
zazen? Pues, sencillo, hace 2,500 años un personaje del norte de la India
señaló esta situación como la enfermedad de la humanidad. Dijo que estamos enfermos y la enfermedad se
llama ignorancia. Nos hemos separado del mundo y convertido en monstruos. Es
esencial iniciar un proceso para desmontar los aspectos negativos de estos
monstruos y volver a integrarlos con su verdadera realidad.
Sería un paso adicional en nuestra evolución, “des-evolucionando”
esta función ejecutiva y reintegrándonos a una visión integral de nuestra
existencia.
Vemos expresiones de Shakyamuni sobre esto como las que siguen: “Cuando la naturaleza real de
las cosas se hace clara para el Bikshu (monje) en meditación, todas sus dudas se desvanecen,
puesto que ha aprendido qué es esa naturaleza y cuál es su causa. De la
ignorancia nacen todos los males. El conocimiento produce el cese de este
cúmulo de sufrimiento, y entonces el Brahman (hombre sabio) en meditación se yergue y dispersa
las huestes de Mara (la ignorancia), como el sol que ilumina el cielo”.
El “conocimiento”
no es más que la comprensión de que nos hemos “alienado” y tenemos que volver a
la matriz original. El planteamiento es
que el ser humano tiene que regresar a ser un miembro más del club de los moradores del planeta y adquirir una visión de conjunto primero de la raza humana como máxima
expresión de la evolución y segundo cuidar esmeradamente de su ambiente que no
es otro que el planeta donde nos toca vivir. Es necesario eliminar la visión de que somos algo separado de un mundo que clasificamos y etiquetamos según nuestros gustos y antojos.
Shakyamuni
postuló como máxima herramienta para de este proceso la meditación budista que
no es otro que el zazen.
Después de esta
breve e insuficiente explicación, regresamos al tema del zazen. La metodología
de la meditación se encuentra profundamente entrelazada con la historia de la
India y no fue invento de Shakyamuni. Ofrecemos una ilustración de una persona en
postura de loto de hace más de 3 milenios antes de nuestra era en una caverna
del valle del Índus.
La posición de loto, muy utilizada
en muchas escuelas de espiritualidad, tiene una combinación de factores que la
hacen admirablemente útil para lograr muchos beneficios.
La posición combina tanto elementos físicos como mentales. Integra las
dos partes de nuestro ser, percibidas como dos partes, cuando en realidad son
una. Es en la meditación que unimos la unidad mente/cuerpo un una realidad.
Lo que ocurre de allí en adelante es cuestión del objetivo de la escuela
y la filosofía que determina la actividad.
Si el ser humano sufre de soledad porque ha desintegrado su mundo y se
ha aislado de la existencia, para Shakyamuni la meditación en postura de loto
(forma clásica de representar el buda), es la reintegración. Durante un instante el meditador regresará a
ser uno con el mundo y la existencia. Durante ese instante la función ejecutiva
(ego) dejará de existir. La persona vivirá un presente eterno despojado de su
mente egoísta, y descubrirá que siempre ha sido un iluminado pero que la confusión
y la ignorancia habían impedido que lo viera.
Si esta práctica se prolonga y se convierte en una base estable de
nuestra vidas, con el tiempo este despertar se consolida y se convierte en
realidad, nuestra realidad, logrando así el último y definitivo paso en la
evolución humana. Habrá aparecido el ser
humano ideal, con una inteligencia magnifica pero también con un sentido de
humanidad desarrollado.
Muchos no saben por qué practican zazen y el secreto es simple, ¡ES PARA REGRESAR AL
HOGAR!
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